"Un pedacito de Cielo"
Hoy tuvimos un viaje, pero no fue como esperábamos, en realidad…fue la mejor experiencia. Nuestro destino fue la parroquia de Guaytacama.
Hoy tuvimos un viaje, pero no fue como esperábamos, en realidad…fue la mejor experiencia. Nuestro destino fue la parroquia de Guaytacama.
El
viaje duró alrededor de 45 minutos y mientras viajábamos nuestra mirada se
dirigía hacia la ventana. Hermosos paisajes se nos presentaban, grandes y
verdosos sembríos contemplábamos y un sinnúmero de animalitos observábamos. Al
momento de bajarnos del bus, un fuerte viento nos recibió, y en ese momento nos
dimos cuenta que el clima era bastante frío.
IGLESIA DE CUICUNO |
Al
visitar el barrio de Cuicuno nos encontramos con más sorpresas, casas con buena
infraestructura, un mercado en el cual sus habitantes pueden vender sus productos
y en especial ofrecer a oriundos y turistas la deliciosa gastronomía que se
origina en este sector. Al bajarnos del vehículo, un sentimiento de paz nos
invadía. Pues, nos encontrábamos frente a tan majestuosa iglesia, en la cual
permanece la famosa imagen del “Señor
del Árbol”.
Ingresando a la iglesia nos encontramos con Ángel Barahona, quien
con una mirada llena de entusiasmo nos relataba la historia que sus antepasados
le contaban sobre la aparición del “Señor del Árbol”. Ángel nos transportaba a
un mundo mágico a través de su relato y nos mencionaba que Cuicuno era un sitio
olvidado, y que un día llegó el indio Domingo, antiguo mayordomo de los
Barahona de Guápulo, con su mujer Feliciana y sus dos hijos. Ellos decidieron
comprar el terreno del español Robayo para construir su humilde choza, al pasar
unos meses el indio sembró unos árboles que los había conseguido de las faldas
del nevado Iliniza, pero casi todos murieron, a diferencia de un quíshuar. Este
creció con un enorme tronco y unas inmensas ramas.
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ÁRBOL DE QUISHUAR |
Cierto día el indígena
Domingo notó que se le había perdido una oveja y culpó al árbol, pensando que
allí se escondían los dueños de lo ajeno y fue en busca del hacha. Al cortar la
primera rama del árbol notó la imagen de Cristo crucificado, Domingo, asombrado
llamó a Feliciana y a sus hijos, con alegría se pusieron de rodillas ante “El
Señor del Árbol”.
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